Visitas

miércoles, 9 de octubre de 2013

Esfuerzo, Recompensa: Was ist das?

Todo empezó con 8 horas al día de clase, sumándole las clases extraescolares en las que podías practicar un deporte o formarte en otra área. Esforzarte al máximo rendimiento durante años donde dejas de ser un niño para convertirte en un adolescente. Luego te toca sufrir por una nota de corte para entrar a la Universidad. Esos años sí que son una locura.

Picture: Inicio del curso escolar 2011-2012. Laura & Martina.



Ver cumplidos tus sueños que son el fruto de tu esfuerzo, perseverancia y entrenamiento de la mente. Horas y horas de trabajo en grupos, de lecturas densas que no había quien las cogiera, los nervios de tener que exponer el trabajo a toda el aula y no olvidemos los interminables días enteros en la Biblioteca aderezado con altas dosis de café en vena para aguantar el tipo. Incluso, si has tenido suerte, habrás estado viviendo en el extranjero una experiencia única en la que has complementado tu formación aprendiendo, como mínimo, un idioma.

Picture: Graduación Pilu. Universitat Pompeu Fabra Promoció 2007-2012. 


Todo esto sin contar los grandes conocimientos que nos proporciona la era de la información, donde podemos especializarnos en una materia gracias a la facilidad de acceso que tenemos a los conocimientos online.
Mi generación y yo nos hemos esforzado toda nuestra existencia para formarnos constantemente y afrontar la creación de  nuestro Currículum Vitae. Donde cada línea tiene un gran significado y ha sido labrado con la ilusión. La presentación no es lo que importa porque el contenido es tan valioso que nadie es capaz de borrarnos la sonrisa tonta del orgullo que nos corre por dentro. Bonito, verdad? Así deberíamos sentirnos pero la realidad toca a nuestra puerta para pisotearnos nuestra ilusión y esfuerzo. Voy a intentar describir las diferentes situaciones por las que estamos pasando y me gustaría que compartiéramos con cuál te identificas tú?
  1. Caso ni-ni obligado. Te ha tocado ser de esos que ni estudian ni trabajan por obligación? Ha supuesto para ti una pesadilla el finalizar tus estudios universitarios (ah, que has hecho un máster también?), te has cansado de enviar CV y cartas de presentación a diestro y siniestro y, para más inri, ya no te queda ni dinero ni posibilidad de continuar con tus estudios? Posiblemente no haya mayor tortura para un joven que ser un ni-ni obligado, consumiéndole por dentro la ansiedad de sentirse vacío, culpándose por una situación de la que, en ningún caso, tiene la culpa. Sin olvidar que no deja de darle vueltas la sensación de haber tirado su vida a la basura por haber seguido los dictados de su corazón al estudiar lo que le apasionaba.
  2. Caso te sobran conocimientos. De cuántas entrevistas de trabajo has salido con el mal sabor de boca y la indignación de haber recibido la respuesta de: “Tu formación es superior a la que pedimos”? Has tenido que eliminar líneas enteras de tu Currículum para poder conseguir un trabajo porque los seleccionadores temen que tus conocimientos están por encima de la vacante y que acabarás frustrándote? Hay algo más triste que tener que, conscientemente, renunciar a lo que eres para poder llegar a conseguir una nómina a final de mes? Eliminaste con una tecla tu Licenciatura? Obtuviste notas extraordinarias en la carrera, tienes idiomas, eres un profesional como la copa de un pino, sigues formándote día a día y tu puesto de trabajo no te permite realizarte intelectualmente porque estás sirviendo copas o doblando ropa?
  3. Caso emigrante. No te ha quedado otra que salir del país a patas, verdad? Tanto da el motivo es para formarte en idiomas, para poder ejercer de lo tuyo o a vivir la aventura. Formas parte del elevado éxodo de nuestra fuga de cerebros. El Skype es tu ombligo umbilical que te mantienen unido a tus raíces y permiten que no caigas en el olvido. Es tan triste que nosotros y nuestros conocimientos se vean obligados a huir en busca de una alternativa lejos de casa.  Creo que una imagen vale más que mil palabras, así que cuelgo el link del video que mejor describe este caso (y que está causando sensación en este momento): http://www.youtube.com/watch?v=qxu5W4bj4I8
  4. Caso prácticas. El título de contrato de trabajo te otorga como aprendiz de una profesión? Ah, qué resulta que no sirve para nada todo lo que te has formado hasta ahora? Ah, qué trabajas igual que cualquier otro compañero de la oficina? Ah, pero resulta que tu sueldo es menor? El nudo en el estómago que se te crea cuando firmas la renovación de un contrato a tiempo completo es tan grande que tienes que aguantar el tipo para evitar estallar en el momento que lo firmas. Incluso el sueldo ya no te importa, es el título con el que se te trata… Te están ninguneando y tu dignidad se va al inframundo con una patada directa. Y lo estás permitiendo porque hay que agradecer que tengas un trabajo en la situación laboral actual. Todo esto en el mejor de los casos, porque también hay quien madruga para ir a realizar unas prácticas no remuneradas con la Licenciatura de corbata. O, peor aún, que te veas arrastrada a dejar el contrato de prácticas para irte a hacer la temporada como camarera porque vas a ganar muchísimo más que ejerciendo de abogada. 


Amigos, por qué lo estamos permitiendo? Por qué no estamos uniendo nuestras fuerzas para luchar contra esta situación? Luchemos por el futuro que nos merecemos. No nos rindamos. Creemos algo grande, algo de lo que sentirnos orgullosos. Utilicemos nuestra creatividad para destacar en esta situación actual. Busquemos el diferenciarnos. Colaboremos unidos, compartamos conocimientos, emprendamos ideas remotas… No importa cuánto tiempo utilicemos, esforcémonos en lo que creamos.
Hagamos todos como Enzo Vizcaíno 


Enseñémosle al mundo quiénes somos para que podamos entregar nuestro currículum con esa sonrisa tonta del orgullo dibujándose en nuestro rostro y la cabeza bien alta. 

lunes, 7 de octubre de 2013

El vínculo del "click"

Todo nace con un pequeño instante en el que se produce el “click” de complicidad y, a partir de ahí, ya estás unida a esa persona, a priori, para el resto de la vida. Tanto puede ser el que, por casualidades de la vida, esa persona estuviera presente en un momento crítico de tu vida como, que de repente, protagonicéis un ataque de risa sin venir a cuento… el nacimiento está marcado por detalles que son irrisorios y difícil de determinar. Lejos de lo que puedas estar pensando, esto es una oda a la amistad. Al sentimiento más puro de hermandad sin sangre. El vínculo que no nace de la dopamina ni de la genética sino de la complicidad.

No importa cuánto tiempo haga que os conocéis porque son tan válidas las amistades que con orgullo se señala que nacieron casi al mismo tiempo que tú, como aquellas que se hicieron durante la infancia, adolescencia o incluso hace tan solo unos meses. Siempre se parte de un punto en común. Tampoco importa cuán diferentes seáis en muchos aspectos, el vínculo existe porque encontráis ese punto en común. Ni tan siquiera cuál fue su origen: amigos de amigos, estrés en el trabajo, compartir pupitre en clase o conoceros de una fiesta.

Lo maravilloso de la amistad es la protagonización de grandes epopeyas, experimentar grandes tragedias, compartir una etapa crucial en tu vida o incluso una nimiedad… Sabes que tienes una gran amistad con una persona cuando ya tenéis ese código en una mirada o en una frase, cuando volvéis a repetir esa anécdota que vivisteis que aún os hace reír a carcajadas; cuando nadie más que vosotros sois capaz de comprenderos.
Un amigo es aquel que, sin tener ningún tipo de obligación, acude a tu rescate cuando no puedes más. Cuando la tristeza te invade y seguir para adelante parece verse como una utopía… él será tus piernas cuando no puedas caminar, tu voz cuando estés afónico y… sobre todo, no tendrás ninguna deuda a saldar.
Lo más difícil de todo, es conservar las amistades. Una vez que los caminos se separan y no se comparte un día a día, se vuelve complicado disfrutar de la compañía del otro. Pero las grandes amistades son aquellas que se fundamentan en la no necesidad de mantener el contacto diario, que en el instante que os veáis empezaréis vuestro cántico para poneros mutuamente al día. Y, en ocasiones, ni tan siquiera es necesario actualizarse, porque ya estáis manos a la obra disfrutando de la vida juntos.


Posiblemente si estás leyendo esto, es porque seas mi amigo.  Tan solo me queda darte las gracias por serlo. Por haberme hecho partícipe de tu vida y por serlo tú de la mía.
Es un placer compartir esta jungla de vida con todos y cada uno de vosotros.